jueves, 16 de diciembre de 2010

Party time


Hoy es jueves, JUEVES UNIVERSITARIO, el de toda la vida, el día en que más se disfruta.

Y es el día para bailar, para reír, para saltar, para congelar el tiempo y que la noche sea eterna.

Es el día en que las rockeras se calzan tacones y minifalda, y bailan esa canción, y no la cantan, LA GRITAN.

Es el día en el que ningún lugar está prohibido, en el que el final lo pones tú

Es el día en que tus compañeros de clase se desmadran, y tú con ellos. Porque no pensamos en qué pasa mañana, ni en qué hay que estudiar, se vive el momento.
Sólo hacen falta unas cuantas rondas de chupitos: desmayo, vampiro, tequila, ¡qué más da!

Un par de cubatas, y muchas ganas de fiesta porque ¿qué importa la música?

Suena Saturday Night, o Danza Kuduro, o el Waka Waka, también DYNAMITE, y por qué no, la MAYONESA...

Y esque no importa, como si no hay música,bailas igual, y ríes, ríes mucho, a carcajadas, a todo volumen, no hay vergüenza, ni conciencia lógica...

Y ahora, llega la navidad: época del año en que nos dan vacaciones y regalos, el resto nos da igual, ¿significado religioso? ¿qué es eso? 

Nada, nada, lo importante es que podemos salir de fiesta el 24, y el 31, pero...es que en Fin de Año...hay que desayunar con amigos, a las diez de la mañana del día siguiente, como pronto, churros con chocolate.

Y esas cenas familiares, banquetes para reyes casi, y al terminar, turrón, polvorones, el chupito de anis, y los padres pirípis, y la vergüenza ajena, ese momento de "menos mal que ninguno de mis amigos está aquí"

TODO, T  O  D  O,  
T o  O  o  O  o  O  o  O  o  O  o  D  o  O  o  O  o  O  o  O  o  O
eso no importa más, porque es lo que nos hace felices,
lo que nos anima a intentar esta aventura llamada vida un añito más.










I'm gonna be the last one standing, I run the whole night, cause I'm gonna be the last one standing
 
[So dance, dance, like it’s the last, last night of your life, life]

Besos de menta 

sábado, 11 de diciembre de 2010

Dame un pincel



Hoy quiero escribir, gritar, saltar, sentir esa energía electrizante atravesar mi cuerpo de arriba a abajo, cerrar los ojos y soñar

Quiero que me cuenten un cuento de príncipes prisioneros de unicornios malvados a la espera de una valiente princesa que les rescate.

Quiero abrir la ventana y observar el mundo al revés, donde los perros paseen a las personas y llueva chocolate con churros

Quiero pintar de colores el mundo gris que se extiende frente a mi, coger la brocha más grande que encuentre y ponerlo todo de azul, verde, dorado, rojo...
Quiero que el cielo sea morado, y que haya tormentas cada día. Quiero sonreír con cada relámpago y ahorrarme dinero en el flash. 

Quiero estrechar en mis brazos a esa persona que tanto añoro, y salir corriendo a los brazos del cachorrito werewolf

Quiero hacer el pino y sostener el mundo; comprar un DeLorean y un condesador de flujo, y aparecer en 1791 en Nueva Orleans

Quiero que el mundo sea mejor y  que la gente regale sueños en vez de perfumes en Navidad.

Quiero pintar copos de nieve en las ventanas en verano, y soles en invierno.

Quiero todo y no quiero nada.

Quiero que me llamen loca, y que me digan que estoy ciega, para contestar al mundo gritando que SIMPLEMENTE ESTOY FELIZ.








Besos de menta 

Mirando al mar


Sentada en lo alto del monte, mirando hacia el mar, con el faro de la Torre de Hércules sellando el paisaje, se me hace imposible no pensar en todos esos pequeños detalles que animan la rutina, tan absurdamente incostante, que me rodea.

No puedo evitar no suspirar pensando en la sensación que provoca en mi oír el sonido de la lluvia cayendo tras la ventana, o salir a la calle y notar el olor a asfalto húmedo. 

Pienso en la nocturna playa, en la arena fría, en la brisa helada y el olor a mar.

Soy de esas personas que chupan el picapica de las gominolas antes de morderlas, y también soy de esas que comen helado directamente de la tarrina. 

Saboreo la acidez de esa manzana verde, cuya piel cruje al ser mordida, y cuyo jugo hace que se me cierren los ojos por su verdor.

Adoro tumbarme boca arriba en mi cama y notar el paso del tiempo, o echarme sobre la hierba recién cortada y palpar la humedad bajo las palmas de mis manos. Y después, e  s  t  i  r  a  r  m  e      m u c h o    m u c h o,para volver a relajarme.

Me gusta esa sensación en mi piel cuando, en otoño y con solo con una chaqueta, siento que se eriza por el contraste del sol y el frío.

Soy esa chica que se sienta en el bus, junto a la ventana, con la música a todo volumen como si fuera una banda sonora; esa chica que cuando se concentra mucho cierra los ojos, pero no se da cuenta hasta que los vuelve a abrir.

La misma que sonríe cuando ve la luna en el cielo, y fantasea con mil y un mundos.








Es la hora del té. Liebre, pasáme la mantequilla, me temo que el reloj a dejado de funcionar.



Besos de menta