martes, 31 de agosto de 2010

mi pequeño gran sueño ¿?

A veces me paro a pensar sobre la gente y su felicidad.

Realmente es extraño saber lo que necesita la gente para ser feliz. Sus sueños, creo que lo llaman. 

Pero...¿acaso no es la felicidad un invento más producto de la evolución humana
Bueno, quizá no el sentimiento de felicidad, o el conjunto de procesos biológicos que derivan de este sentimiento, pero sí lo es el concepto que ha adoptado con el paso de los años.
El ser humano dice necesitar de sueños, de aspiraciones, y que es feliz cuando poco a poco se van realizando.

Pero eso no es del todo cierto, ¿cuando alguien sueña con ser actor no experimenta la misma felicidad ante un amor correspondido que quien sueña con ser ama de casa, arquitecto o médico?

Aunque...la felicidad amorosa es muy relativa, pero no me quiero centrar hoy en este tema. Hablábamos de los sueños ¿no es así?

Hay tantos sueños...

sueños infantiles ("quiero ser bombero! y astronauta!")

 sueños románticos ("me casaré con...")

sueños eróticos (bueno, todos conocemos lo que se dice en estos sueños)

sueños realizables

y los más comunes, sueños imposibles...

¡pero qué felices somos durante esas décimas de segundo en que pensamos que quizá, puede, algún día, con suerte, de casualidad...ocurra!

Os contaré mi más posible sueño imposible. Áquel que no implica poderes mágicos, criatiras oscuras y míticas, o milagros extraordinarios.



Sueño con ser artista, ganarme la vida haciendo fotos, viviendo de mis cuadros, quizá escribir algún libro. Colaborar en alguna película, aunque sea como ayudante de fotografía (pero siempre tras las cámaras).

Aprendería a tocar el piano (mi GRAN sueño) y el violín, quizá también el cello o la batería.

Tendría un grupo con mis amigos, de esos grupos de música que nunca actúan, sino que se divierten ensayando y pintando el mono.
Viajaría por todo el mundo haciendo fotos, visitando museos, conociendo artistas (pintores, fotógrafos, músicos de rock, de jazz, de música clásica...)

Visitraría Londres, Venecia, Berlín, Tokio, Amsterdam, Hamburgo, Oslo, Nueva York, San Francisco, Los Ángeles, Osaka, Shangai, etc. Hablaría tantos idiomas...

Tendría una gran casa. No, una gran finca, con una casa y mi museo, mi pequeño gran baúl de los recuerdos.
Mi casa sería normal, sencilla, que incluso llegué a diseñar un día. Habría una puerta trasera que daría a un jardín, modesto, con un almendro o un cerezo, un pequeño estanque y mucho césped. Al otro lado del jardín habrá como una segunda casa, más grande, de varios pisos, pero casi sin paredes. Habría mesas, expositores, estantes...todo lleno de recuerdos de una y otra parte del mundo, fotos con aquel director de esa pelícla, un cuadro de ese artista, autografiado, libros, aquellos souvenirs...pedacitos de recuerdos hechos materia, que algún día cualquiera que lo deseara podría admirar.

Y a cada vieje me llevaría algunos amigos, nunca iría sola.
Llevaría a Japón a esos amigos que siempre soñaron con ir, y con quien tantas veces planeé ese viaje. Y de interrail por Europa a esos amigos con los que compartí el sueño de ir de festival en festival.

No sería nada estrafalario, no tendría un jet privado, ni derrocharía el dinero en caprichos de niños ricos, lo invertiría en mis recuerdos, en mi arte.
Y mi pequeño museo se convertiría algún día en mi mayor y más preciada obra de arte.






Y este es mi sueño. ¡Qué bonito imaginar que se hiciera realidad!
Vivir y tener sueños es mi idea de coherencia...
...vivir de mis propios sueños sería una locura.








Besos de menta 

miércoles, 25 de agosto de 2010

Un frasco de sueños.

Hoy me he levantado extrañamente sonriente, bueno, sonriente y dolorida, aunque lo importante es lo primero. 
 
Después del día de ayer, un extraño día de excesivos pensamientos que sólo sirvieron para amargarme un poco en la quedada con amigos, sólo tenía ganas de dejarme caer sobre el colchón y dormir.
Pero claro, mi madre, siempre preocupada, hizo las clásicas preguntas de rigor a las que no me apetecía responder y que sólo me pusieron más nerviosa. Además tenía que hablar con cierta persona y explicarle ciertas cosas. 

ON. Ordenador en marcha...leeenntooo...explicaciones, preocupación...suena el teléfono. Su voz (ligera sonrisa en mi cara, pero no, no quería sonreir, no en ese momento) y palabras, muchas palabras, algunas vacías y otras cargadas de significado. Y al final, risas, simplemente eso, risas: carcajadas, sonrisas ténues, cómplices, risas susurradas...

Fin de la conversación, se va a dormir, yo termino un par de cosas y hago lo mismo. 

Me dejó caer sobre el revoltijo de sábanas, y me acurruco, igual que aquella vez que dormimos juntos. Una estampida de imágenes invaden mi mente en cuanto cierro los ojos. Recuerdo sensaciones de aquel día, y de ese otro, y de esa misma tarde. Y suspiro. Duermo.

Tengo un sueño extraño, donde hay un mar, una búsqueda de una ciudad perdida. Una mezcla del Pais de Nunca Jamás y el Pais de las Maravillas, y la ciudad de caramelo de algún cuento infantil. Era extrañamente agradable, pero raro. Lo que más recuerdo eran los olores y las texturas de las cosas que rodeaban la búsqueda: la arena, las cuevas, el césped...olores a té, a menta...

Hoy desperté y sonreía. Porque por unas horas fui una pequeña Alicia que cogió un puñado de deseos de un tarro y los hizo realidad

Y por ello ahora sigo con esa sonrisa en mi cara. 

Suenan de fondo melodías de un piano, de un violín y de un cello...y mi sonrisa permanece, quizás no físicamente, pero sí, puedo afirmar que sonrío.

Puedo notar el alborozado latir de mi corazón hoy. Mi mente está confusa, en las nubes, desconcentrada...mis sentidos no funcionan con la exactitud a la que estoy acostumbrada, sin una cabeza que les guíe



A pesar de todo, sonrío.










Cuando mi cabeza ya no responde, y mis sentidos se vuelven inútiles, 
mi única guía para seguir adelante son los látidos de un corazón.






Besos de menta 

martes, 17 de agosto de 2010

Afortunada. Gotas de lluvia tras los cristales.

Hoy soy feliz. 

La verdad es que no estoy inspirada para escribir. O no lo estaba hasta hace unos minutos.

Y todo cambió por un piano y unas gotas de lluvia tras los cristales.



Sonaba una canción de piano...había lágrimas...dolor en cada nota pero, a la vez, tanta pasión que podía temblar.
Me siento afortunada por oír ESA canción, tocada por ESA persona, junto con ESOS recuerdos...

Cierro los ojos e imagino una enorme habitación...con una gran ventana. El suelo está cubierto por una moqueta. ¿El color? Verde oscuro. Las paredes son blancas, pero una de ellas no se ve, debido a las estanterías que ordenan los libros que rellenan la estancia. Frente a una pared vacía, la gran butaca, una lámpara y una pequeña mesa en la que descansa un gramófono. Suena un piano, sencillamente. Tengo la desgracia de no saber tocar...pero el sonido es tan dulce, suave y delicado, tan profundo...
Dos sillones repletos de cojines completan la estancia...además de pequeños detalles decorativos sin importancia...Y un piano, un magnífico piano que nunca nadie tocó.

Y allí estoy yo, en el banco de la ventana, de perfil...ligeramente recostada, con un jersey de lana dos tallas más grande, y un peluche en el regazo...

Tras la ventana, una ciudad, gente corriendo bajo la lluvia, niños chapoteando y, al fondo, un bosque. Por un momento me imaginé fuera, en la lluvia, en ese bosque, mirando al cielo mientras la lluvia me calaba hasta los huesos. Las gotas sobre los párpados y esa sinfonía en mis oídos. 
Realmente tenía ganas de estar allí, de perderme en esa inmensidad, entre hojas y ramas. El sonido profundo del piano retumbaba en mi pecho. Cerré los ojos, y eché la cabeza hacia atrás, ligeramente ladeada...Por un instante sentía el frío y la humedad. 

Un golpe me sobresalta, una ventana en la habitación contigua se ha abierto, puedo sentir la corriente de aire frío proviniente de la calle, puedo oír las gotas de lluvia caer sobre el suelo de madera. Me levanto y me acerco a la ventana abierta...calmadamente, y me poso frente a ella, como una mariposa en una flor en primavera

Suspiro, profundo, largo, ansioso. Ese olor, ese escalofrío, el clímax da la canción, la pasión me desborda y las lágrimas se mezclan en mi rostro con las gotas de lluvia que atraviesan el marco. Y mi cuerpo no puede hacer otra cosa sino arrodillarse y caer por su propio peso. Tiemblo...no por el frío, ni por el dolor; no es el cansancio ni la tristeza; simplemente es la pasión melancólica que envuelve mi corazón.

A mis espaldas puedo notar su presencia. Sobre mi hombro, su cálida mano. Una corriente eléctrica sacude mi cuerpo. Me levanto, cierro la ventana y retrocedo hacia mi posición inicial. No puedo evitar pararme ante el piano, acariciar con la mano derecha cada una de las teclas. Un nuevo suspiro. Vuelvo al banco de la ventana, me recuesto, presiono el peluche contra mi pecho ahogando mi llanto. 


Y en la ventana, las gotas de lluvia caen tras los cristales, mientras mi aliento los empaña.














Gracias por dejarme compartir tus recuerdos y tus emociones. Me siento Afortunada.






Besos de menta 

jueves, 12 de agosto de 2010

Dichoso calor

Sí, dichoso, de dicha: felicidad, suerte. Dichoso calor.

Porque sí, porque odio esta isla en verano, porque siempre he querido irme al norte, al frío, pero ahora...ahora respiro distinto, veo esta isla como un lugar de vacaciones, y me gusta, será que ya me he mentalizado.

Hoy estaba en esa cafetería, con mi libro de Anne Rice en la mano, bajo el aire acondicionado. Miré la hora. Tenía que irme. Guardé el libro en el bolso, y me dispuse a salir.

Un pie en la calle. Empuje de calor. Sí, de calor.

El contraste del aire cálido y el fresco interior debería haberme provocado un sofoco, pero sentía casi como si el viento me abrazara, como si me dijera el mundo exterior: "¡BIENVENIDA!"

Se me dibujó una sonrisa en la cara. Emprendí mi camino, con calma. Podía sentir mis poros abriéndose al sol incisivo, como si fueran los girasoles que una vez Van Gogh retrató.

Me sentía protegida, como si una manta me cubriera, pero no era esa pesadez o bochorno característico de estos veranos, más bien una calidez casi maternal. La brisa soplaba, espantando la sensación de agobio, refrescando mi rostro.

Con los ojos cerrados, dejándome envolver por esa sensación, caminaba calle abajo. Sonaba "Mochimo Taiyou Ga Naku Natta To Shitara" de OneOkRock ("Si el sol desapareciese").

Con cuidado abrí los ojos de nuevo, a la luz, por suerte mis gafas de sol me protegían levemente. La ciudad estaba prácticamente desierta, en algún lugar se oía el motor de un coche acercándose, en otro, un niño. Era una tarde agradable, resultaba fácil olvidarse de todo.

De vez en cuando, al verme obligada a parar en el asfalto a causa de un paso de peatones, sentía el ardiente alquitrán de la carretera: "algún día mis zapatillas no lo soportarán y se fundirán con el suelo" pensaba. Reía sólo con pensarlo. ¡Imaginadme atrapada en la carretera por el calor!

Mis pies seguían su camino, avanzaba. Un brusco golpe de aire me trajo olor a playa. ¿En medio de la ciudad? ¡Imposible! Unos metros más adelante descubrí una toalla colgada en algún balcón. Ahora lo entendía, olía a mar, a arena, a crema, y a algodón.

Atravesaba un descampado. Llevaba el pelo recogido, realmente me apenaba, me gustaría notar el viento jugando con mi pelo, pero podría ahogarme en mi propio calor si paraba un segundo a causa de mi melena. De ese modo, dejé que los rebeldes mechones que huían del recogido, y aquellos que caían sobre mi cara, bailaran con la brisa.

Iba al ritmo de la música, caminaba a ritmo de rock, pero no me asfixiaba, me sentía libre. Tenía ganas de extender los brazos y, con los ojos cerrados y la mirada al cielo, echar a volar. Oía el crujir de las pequeñas piedras bajo mis pies, en los momentos de silencio de la música.

Llegué a la estación. Me introduje en la estructura antropogénica, y en el mundo del aire acondicionado.





"Adiós calor, volveré a visitarte."



Besos de menta 

miércoles, 11 de agosto de 2010

Esencias por descubrir

¡Me encanta el mundo de los aromas!

¿Sabíais que los aromas cambian según el momento? ¿Según la estación? 

¿Y que todo tiene su esencia?

El mar, la arena, el papel, lo nuevo, lo viejo, el amor, la libertad...¡TODO!

Daría lo que fuera por tener un frasquito con esas esencias que despiertan un algo en mi...


  Levantarme una mañana y decir: 
"Hoy quiero oler libre" y tomar ese frasco entre mis manos, abrirlo, coger una gota y con ella aromatizar mi camiseta...Podría ir todo el día oliendo libre, sintiéndome libre... hasta que encontrara una esencia más apetecible, la guardaría, y pondría la nueva fragancia junto al resto de frascos.


¡Qué divertido sería regalar esencia de sonrisas cuando alguien este mal!

Hay muchos olores que me agradan especialmente...el olor de un libro nuevo, cuando pasas sus paginas a toda velocidad para descomprimirlo, para liberarlo de algún modo...¡qué delicia! Además los libros de terror huelen distinto que los biográficos...porque no hablan de lo mismo, así que ¿cómo podrían oler igual? ¿Acaso un bebe y un anciano huelen igual? No, evidentemente, porque no son lo mismo.

Además, hay gente cuya esencia se mueve junto a sus sentimientos. Olores suaves que con los nervios se tornan amargos...otros que se vuelven dulces y salados a la vez...mezclas extrañas, como soja y chocolate...Olores intensos a frescura...a gemelos...

Aromas que apetitoso, que te llaman a acercarte, a observar de cerca aquello de donde proviene. Aromas que impactan tan profundamente que se pueden saborear... hmmm ... sabor a... ¿Miedo? ¿O a ternura? ¡A pasión! ¡Qué dulce es la pasión

Se me abre el apetito y me da hambre...


También hay aromas desagradables, evidentemente los hay...aunque no malos, no me gusta la palabra malo...implica...no sé...la cosa es que no me gusta...los olores no pueden ser malos...¿por qué querría un olor ser malo? No, seguro que no, sólo hay algunos desagradables...pero no, malos no.


Ver sin usar los ojos no es un don, simplemente hay que estar atento a los estímulos que nos rodean




A veces pienso que en eso soy como Amelie...muy inocente, con un pensamiento algo infantil...pero me gusta esa visión...ella metia la mano entre las judías, yo huelo...sí, olfateo, capto esencias, las personas son muy interesantes, son TAN distintas. Y todo lo que me rodea...pero no siempre puedo estar atenta, sería muy caótico...muchas cosas a la vez, acabaría colapsada...No, yo aislo, aislo olores...

También aislo sonidos, y sabores, y texturas...pero eso quedará para otra entrada...













"Hasta que nos olamos"



Besos de menta 

martes, 10 de agosto de 2010

Una noche...o más problemas

  Todo iba genial, había sido una tarde casi perfecta: chuches, canciones, risas, amigos...Había problemas, siempre los había, cada uno tenía sus momentos en los que se apartaba y se ensombrecía...pero por lo general todo fue bien.

  Después de eso, cena, más risas, palillos, discurso, carcajadas, emociones...casi lágrimas, abrazos.

   Algunos se iban a sus casas, otros se quedaban de fiesta, unos pocos iban a casa de una amiga a dormir...¡ah! Ojalá realmente hubiesen dormido. Todo habría quedado tal y como estaba.

  Llegaron, colocaron las cosas, colchones por el suelo, cojines gigantes, refresco de cola, y muchas ganas de no dormir. Empezaron viendo una peli, aunque la tenían muy vista...pero sirvió para hacer comentarios absurdos y dar pie al comienzo de la charla. Sí, eso es, hablaron, de muchas cosas, sobre todo de amor, parejas, amigos...¡qué raro! Eran cinco, dos chicas y tres chicos...el pobre...prácticamente estában por parejas...aunque no había nada entre ellos...El chico llama tiene novia...y Áurea, también...el resto nada...

  El chico eléctrico, chispas, dormiría con Áurea...y el chico llama y la otra chica en otro de los colchones...Los números impares no me gustan...

  Todo iba bien...pero en algún momento mientras acariciaba a chispas en su regazo...algo pasó. Después él la mordió, la cosa se fue caldeando...sin darse cuenta habían desconectado del resto...Se acariciaban, se daban besos en la mejilla, su respiración se iba acelerando. Áurea se resistía a sus impulsos, repetía una y otra vez:  
"Aunque quiera, no puedo"
Chispas respondía:  
"No es que no puedas, es que no debes..."

  Se besaron, "no puedo" dijo Áurea, "¿por qué?" preguntó chispas..."por ética"...chispas casi siempre se pasaba la ética por el forro, esa vez no era distinto...pasó más de lo que debía...Áurea se sentía viva, no podía negarlo, le gustaba jugar, el hecho de lo indebido le daba a todo un matiz excitante...la oscuridad los envolvía, sus amigos hablaban cerca de historias de miedo o algo parecido...no importaba. "Para, por favor, nos van a pillar"...chispas no quería parar..."En serio, por favor..." 
Entonces paró, se besaron, se abrazaron...él podía sentir el cuepo tembloroso en sus brazos...ella, la protección y la ternura en sus cálidos besos...se sentía tan bien.

  Hay algo importante, no quiero que juzguéis a Áurea sin saber toda la historia. Hacía días que Áurea y su pareja tenían problemas, esa misma mañana habían discutido fuertemente, hubo gritos, lágrimas, silencios...Palabras hirientes, insinuaciones de desamor. Todo amenazaba con que se rompería la relación, pero de algún modo se dieron otra oportunidad. 





Por suerte o por desgracia todos cometemos erroresÁurea y su pereja cometieron el mismo... 
besos...caricias...algo más...pero, por desgracia, no mutuas.





Todo termina, todo llega a su fin, pero la amistad permanece...o eso decía...

Pero no es tan sencillo, la tensión existe...y estallará de algún modo...como lo hace un globo que sigue hinchándose, e hinchándose...



         ¡¡¡¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!!!!        

viernes, 6 de agosto de 2010

¿Qué llevas en la mochila?

 LLEVO...





 - una botella vacía para cuando no tenga sed

- el spray de pimienta que nunca compré

- la cámara de fotos que no tiene carrete

- el monedero con un agujero en el fondo

- el bolígrafo que no tiene tinta y la libreta sin páginas en blanco, para cuando no quiera escribir

- los papeles de los caramelos que comí aquel día

- el libro que nunca leí...
...y que nunca leeré
- las gafas graduadas que nunca uso

- las entradas de aquel concierto, aquella peli...

- una GameBoy sin pilas, para cuando no quiera jugar

- una bola de llaveros, peluches, colgantes...
...con una llave que no abre ninguna puerta.
- el reloj que se quedó sin cuerda

- las bolsas de té, para celebrar mi no cumpleaños

- una baraja francesa...
...de la que sólo queda el As de Picas, y el As de Corazones

 - una caja de cerillas mojadas

- esas fotos en blanco y negro hechas con una polaroid...

- los post it que dejaron sobre mi mesa 

- los botones de esas chaquetas, camisas...

- un mp3 con canciones que no me gustan, para cuando no tenga ganas de escuchar música...

- un paraguas roto para cuando no llueva
- los imperdibles que se me perdieron

- un espejo que no refleje

- las cartas que nunca me escribieron
...y las que nuca escribí
- la bolsa con los suspiros que no tenían razón


Nunca sabes qué puede ser importante...a veces lo más absurdo lo es.










En colavoración con Amaikun y Fer, gracias.

Besos de menta