lunes, 6 de junio de 2011

...y la locura avanza, y avanza, sin mirar atrás

He acabado los exámenes, al menos los finales, ahora me quedan los de recuperación en julio. (...afu...*gran suspiro*)


He aprovechado y me he puesto a leer el blog de una "amiga" (no sé si puedo considerarla amiga, es una conocida a la que comprendo mucho porque compartimos un electrizante pasado y presente, un conde...). Al leerlo me he dado cuenta de muchas de esas cosas que compartimos. Leyendo alguna de sus entradas, me veía a mi misma en cada palabra, veía escenas en mi mente que parecían copias ilícitas de su historia, pero conmigo como protagonista. 


A pesar de ello, me he dado cuenta de que yo poseo algo que ella no tiene, y que me entristece enormemente (que quede claro que ya le he expresado mis opiniones a ella en diversas ocasiones; aquí nada de falsedades). Ella es demasiado débil y frágil. Y temo por ella. He intentado enseñarle lo que sé, ayudarle a decir que no a algunas cosas, a imponerse, pero no es tan fácil.


Chispas. Sí, Chispas. El mismo que consigue robar el corazón a cuanta damisela muestra interés por él. Chispas, el que con una mirada te puede transmitir la más tierna dulzura y el más aterrador silencio. Y es que ella cayó en sus redes, y se ha enmarañado de tal forma que ha creado su pequeño y cálido hogar. Y no la culpo. Sé (o me imagino muy bien) lo que ella siente. Sé lo que ve cuando le mira a los ojos, cuando él la rodea con los brazos y la envuelve con caricias, cuando sus manos apartan el pelo de su cuello y su labios dejan salir el dulce aliento precedente al beso. Y lo sé porque lo he sentido, en menor medida, pero lo he sentido. 


Y soy (creo que la única persona) quien no la juzga, quien no rechaza su comportamiento, y quien no intenta alejarla de él. Soy quien se aparto de su camino para dejarles ser felices. Aunque me temo que no está en mi mano.


Y quiero cerrar los ojos y dejarme llevar,
pero no puedo 
permitírmelo


A día de hoy aún temo lo que pueda ocurrir. Sí, ahora tengo pareja. En verano volveré a mi isla, y veré a Chispas. Y aunque no es especialmente guapo, ni especialmente simpático, ni especialmente listo (que dicho así puedes pensar "¿qué coño ven en él?") me aterra lo que pueda ocurrir cuando mi mirada se cruce con la suya, cuando mi piel entre en contacto con la suya y me recorra ese chispazo, esa corriente que le da nombre, y que me paraliza (a mi y a ella) hasta el punto de no pensar en nada ni nadie.


Y mi novio estará delante (seguramente) y le diré que me vigile, y tendré que pensar cada gesto y su consecuencia. Y por eso tengo miedo. Porque leyendo el blog de mi "amiga", leyendo cada frase dedicada a él, he revivido unos sentimientos algo adormecidos. No, no dejo de querer a mi chico; no, no tengo en la mente hacer ninguna locura. 


Todo el mundo tiene una debilidad. Superman la kriptonita. Linterna Verde, el amarillo. Yo...entre otras cosas, tengo esa pequeña corriente eléctrica.


Y así, amigos, temo cada día un poquito más por mi salud mental.

Pirados y piradas del mundo, hacedme hueco que voy.










Besos de menta 

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